En el salón de clase había un niño llamado Pascual Arroyo, y todos los días le decía una vulgaridad a la maestra cuando lo llamaba por lista.
Un día, le dice la maestra: “Pascual Arroyo”
Y él le contesta: “le zampo todo el rollo”
Y la maestra le dice:” Ya estoy cansada de todo esto todos los días”. Entonces la maestra se puso a pensar y encontró la solución “ya sé lo que voy a hacer, lo voy a llamar por su apellido primero y luego por su nombre.
Y así lo hizo: “Arroyo Pascual?”
Y él le contestó: “Se la zampo igual”
Un día, le dice la maestra: “Pascual Arroyo”
Y él le contesta: “le zampo todo el rollo”
Y la maestra le dice:” Ya estoy cansada de todo esto todos los días”. Entonces la maestra se puso a pensar y encontró la solución “ya sé lo que voy a hacer, lo voy a llamar por su apellido primero y luego por su nombre.
Y así lo hizo: “Arroyo Pascual?”
Y él le contestó: “Se la zampo igual”